Pintura

Los Cuatro Elementos del Arte de Angelika Kauffmann

En 1778, la pintora suiza Angelika Kauffmann fue comisionada por la Real Academia de Arte en Londres para pintar un grupo de cuatro piezas que representaban los Elementos del Arte: Invención, Composición, Diseño y Color.

Estos Elementos simbolizaban las teorías propuestas por el pintor y amigo de Kauffmann, Joshua Reynolds, a través de sus ponencias en la Real Academia y posteriormente publicadas en 1788.

Las pinturas fueron encargadas para la Sala del Consejo de la Real Academia en Somerset House. Se sabe que las obras formaban parte de un esquema que incluía otras pinturas realizadas por otros artistas. 

Muchos años más tarde, la Real Academia se trasladó a un edificio compartido con la Galería Nacional y las piezas fueron transferidas también. Hay documentos y algunos dibujos que indican distintas maneras en que se dispusieron las pinturas en aquella época, sin embargo, actualmente están en el techo del salón delantero, a la entrada de la Real Academia en Burlington House.

Elementos importantes en las pinturas

Inspirada por el Renacimiento italiano, Kauffmann decidió representar mujeres fuertes. Éstas muestran un cierta similitud a las figuras pintadas por Michelangelo Buonarrotti en la Capilla Sixtina, y a la pintura histórica de Artemisia Gentileschi.

La pintora suiza incluyó en sus obras símbolos que hacían referencia a tradiciones clásicas, pues los artistas del siglo XVIII solían incluir iconografía de este tipo en sus piezas.

Además, las figuras representadas en las cuatro pinturas son alegorías —representación en la que se expresa una idea o imagen distinta a lo que se muestra literalmente—, un recurso al que Kauffmann recurrió en otras ocasiones y que fue empleado, junto con los autorretratos, por otras pintoras a través de la historia. 

Diseño

Una mujer que viste ropa de trabajo estudia atentamente una escultura de un torso. Es una figura alegórica, que representa el Diseño o Dibujo, uno de los Cuatro Elementos del Arte.

La mujer dibuja el torso de Belvedere, conocido fragmento de la estatua de un desnudo masculino realizado por Apolonio de Atenas. Durante el siglo XVIII los artistas practicaban anatomía dibujando esculturas, sin embargo, solamente a los hombres se les permitía pasar al siguiente nivel del dibujo en el que posaban modelos en vivo; las mujeres en cambio, tenían prohibido dibujar de esta forma. Por otra parte, aunque era común que los hombres representaran cuerpos femeninos, no era común que las mujeres dibujaran cuerpos masculinos.

La artista está sentada junto a dos columnas, las cuales eran usadas por los pintores de la época para representar la importancia que se le daba en el siglo XVIII a las civilizaciones de la Antigua Grecia y Roma, mientras vinculaban su obra a estos conceptos clásicos.

Color

La artista en la pintura está sentada en las rocas de un paisaje boscoso, alzando un pincel que toca el arcoíris sobre ella. En su otra mano hay varios pinceles y una paleta con una pequeña mancha de pintura blanca. La alegoría representa el Color o la Pintura como parte de los Elementos del Arte.

Al igual que en la pieza anterior, la artista está en plena acción y según la simbología de la época, la descripción de la alegoría de la Pintura —una mujer de pelo ondulado que sostiene un pincel en una mano y una paleta de colores en la otra— corresponde con lo expresado por la autora. Sin embargo, la obra también muestra un pequeño camaleón a los pies de la artista, que junto con el arcoíris es un símbolo inusual para exponer el concepto que Kauffmann buscaba plasmar, pues regularmente eran empleados en la iconografía para representar al Aire.

La obra claramente presenta una alegoría y aunque se ha hablado de otras posibilidades en la interpretación, es improbable que la mujer de la pintura sea un autorretrato porque ella está parcialmente desnuda y Kauffmann no se habría pintado a sí misma de esa manera.

Composición

A diferencia de las dos pinturas anteriores, en esta el personaje no lleva a cabo una tarea relacionada con la creación, sino que está reflexionando.

En esta alegoría de la Composición como Elemento del Arte, la mujer descansa la cabeza en su brazo, señal de un razonamiento profundo. La base sobre la que está recargada es una columna que sostiene un tablero de ajedrez, como símbolo de actividad intelectual y estratégica. En la mano derecha la mujer sostiene un compás que representa la precisión requerida en las primeras etapas del arte, y junto a la figura hay hojas e implementos de dibujo referenciando el proceso de un artista para crear una composición.

El compás es un elemento que además de estar relacionado con la Composición, también está vinculado al Dibujo (o Diseño), cuya alegoría era un hombre que sostenía un espejo y un compás. Esto lleva a pensar que aunque algunas alegorías o representaciones fueran tradicionalmente hombres, Angelika Kauffmann decidió pintar mujeres.


Invención

La alegoría de la Invención como Elemento del Arte es una mujer sentada en las rocas de un paisaje borrascoso que recarga su brazo sobre un globo celeste mientras levanta el otro hacia el cielo en busca de inspiración. Además, tiene dos alas en la cabeza.

El paisaje simboliza la naturaleza, que era considerada la primera invención, y la ropa que viste la mujer recuerda un poco la vestimenta de las culturas clásicas. En este caso, la autora siguió la tradición iconográfica de pintar la Invención como una mujer joven vestida de blanco.

Al igual que en la obra previa, ésta representa un momento de reflexión. Cuando el conjunto de las cuatro obras de los Elementos del Arte era exhibido en el techo, se disponían una pintura práctica (Diseño y Color) y una teórica (Composición e Invención) de cada lado de la habitación.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *